Este no es, ni mucho menos, el primer libro que leo de este escritor. Por no decir que Canciones para Paula es uno de los primeros libros contemporáneos
que leí cuando tenía unos 11 o 12 años, pero los primeros libros de este escritor no tienen nada que ver, o al menos en mi opinión, con los últimos libros que ha escrito. Y esto no tiene por qué ser malo precisamente.
Algo tan sencillo como tuitear te quiero nos narra la historia de nueve chicos que comienzan una nueva vida universitaria en Madrid. Todos ellos vienen de lugares distintos, tienen personalidades totalmente opuestas y buscan cosas diferentes, pero esto no afecta a que entre ellos pueda forjarse una amistad. En este libro podemos ver como estos nueve estudiantes de universidad afrontan sus primeros días en la que será su nueva vida por nueve meses.
El libro está dividido en capítulos y cuenta con numerosos saltos temporales. Ya lo he dicho muchas veces, a mi esto me encanta. Los saltos al pasado estaban bastante bien, pero el final del libro, del que hablaré más abajo, me quedó bastante fría.
El libro en sí me pareció, al principio lento y al final demasiado rápido. No me refiero a la velocidad de lectura del mismo, sino al tiempo en sí. En las primeras 400 páginas pasan unos 2-3 días, en las últimas unos tres meses. Sé que la intención es crear dudas que seguramente se resolverán en el siguiente libro, pero no me llegó a gustar del todo.
Algo que también me ha llamado mucho la atención son las
innumerables referencias que se encuentran a lo largo del libro. Entre ellas, American Horror Story, Eleanor y Park o Federico Moccia, esta última ya bastante habitual en el autor. Personalmente, me gusta mucho lo de las referencias, ayuda a sentirte identificado con algún personaje. Lo peor es que algunas
referencias parecen estar metidas en la historia con calzador.
En cuanto a los personajes, al principio cogí el libro con miedo. El hecho de que haya muchos personajes
no siempre es bueno, normalmente lo único que se consigue son personajes planísimos que no aportan nada a la historia, pero esta vez estaba equivocada.
Cada uno de ellos tiene su propio punto de vista y su manera de hacer las cosas. Vamos por partes.
Elena es una chica de Toledo que va a Madrid únicamente a estudiar, derecho en su caso. La chica es
bastante hipócrita durante todo el libro, dice que solo va a estudiar pero al final creo que es la que más sale de la residencia en todo el libro.
David es un chico de Sevilla que sufrió un suceso bastante traumático en el pasado. Él es un chico, en mi opinión,
demasiado blando y aun así es de los personajes que mejor me ha caído.
Nicole es una chica de Perú pero que llevaba ya un tiempo viviendo en Valencia antes de mudarse a Madrid. Nicole, por su color de piel, recibe algún que otro comentario despectivo pero eso no le quita la sonrisa en ningún momento.
Ainhoa es de Canarias y, después de lo que ocurrió con sus padres, siente que ha ganado peso, a lo que intentará poner remedio como sea.
Manu es un chico de Málaga que, junto con su mejor amigo Julen, va a estudiar Fisioterapia. Manu es el típico chico que se cree mejor que nadie y con humor absurdo. No he podido llevarme bien con él, a pesar de ser un personaje bastante importante en la historia.
Julen es navarro y el mejor amigo de Manu. En lo que dura el libro, Julen
va aceptando su verdadero yo y quizás por esto, aunque no tiene mucho protagonismo, es de los pocos personajes que me ha gustado.
Iria es la única que empieza la universidad con una pareja estable. Aunque ella confía en que la distancia hará su relación más fuerte, sus compañeros no lo tienen tan claro.
Toni es, sin duda, el personaje que más me ha gustado, aunque más que el personaje en sí, lo que más
me ha gustado ha sido su historia. Toni se enamora de una chica que ha conocido por internet y esto no hace más que causarle problemas.
Por último,
Óscar un chico aferrado a su guitarra al que, en los meses pasados, no le ha ido demasiado bien en el amor, pero esto es lo que le ha animado a hacer una carrera que realmente le gusta.
Como veis, los personajes protagonistas no son pocos.
La diferencia de sus personalidad y de las historias de cada uno puede ayudar a que sintamos o no simpatía hacia ellos. Como ya he dicho, el arco que más me ha gustado es el de Toni y creo que es algo con lo que mucha gente puede sentirse identificado.
Algo que me ha gustado mucho, y que siempre me sorprende en este autor,
son los giros argumentales. Al final, siempre consigue darle la vuelta a la tortilla y hace que todo se líe de una manera alucinante. Esto es justamente lo que ocurre al final del libro,
no puedes hacer otra cosa que preguntarte qué ha pasado mientras te comes la cabeza y esperas al siguiente libro. Como he dicho anteriormente, el final me parece demasiado brusco y no me terminó de gustar, pero eso no quita que no puedas evitar sentir curiosidad por saber qué ha pasado.
Otro elemento que me ha gustado bastante de la historia es el hecho de que ya no tiene lugar en un instituto, los protagonistas
ya no son los típicos adolescentes de 16 años. Yo, como pre-universitaria que soy, lo he agradecido.
En conclusión, Algo tan sencillo como tuitear te quiero es un libro cargado de amor y amistad donde nueve chicos totalmente diferentes tienen que enfrentarse a una nueva vida, la vida de universitarios. Si te han gustado los anteriores libros de este autor, estoy segura de que este no te quedará indiferente.
¿Lo habéis leído? y si no, ¿lo haréis?
¡Espero vuestros comentarios!
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